Una cama hospitalaria eléctrica impermeable está diseñada según los más altos estándares de control de infecciones y durabilidad, concebida para soportar el entorno exigente de instalaciones clínicas donde la exposición a líquidos, desinfectantes agresivos y humedad es constante. Esta protección se logra mediante un enfoque integral en materiales y diseño. El bastidor de la cama generalmente está construido con materiales resistentes a la corrosión, como acero con recubrimiento en polvo o aluminio, y está diseñado con uniones herméticas y continuas para evitar la entrada de líquidos que podrían dañar los motores eléctricos internos y el cableado. La plataforma está fabricada con materiales impermeables, como plástico sellado o tableros compuestos. Lo más importante es que toda la cama está diseñada para usarse con un colchón y funda completamente impermeables o resistentes a fluidos, creando así un sistema de barrera completo. Esto permite una limpieza y desinfección exhaustivas y rigurosas entre pacientes sin riesgo de daños, crecimiento de moho ni fallos eléctricos. El mando de control también suele estar sellado contra la humedad. Esta construcción robusta es esencial para mantener un entorno estéril, prevenir infecciones asociadas a la atención sanitaria (IAAS) y garantizar la fiabilidad a largo plazo de la cama en áreas de alta complejidad como UCI, habitaciones de aislamiento, unidades de quemados y centros de cuidados prolongados, protegiendo así tanto la seguridad del paciente como la inversión capital de la instalación.