Una cama hospitalaria eléctrica construida con materiales duraderos está diseñada para ofrecer una alta confiabilidad a largo plazo y un bajo costo total de propiedad en el exigente entorno sanitario de 24/7. La durabilidad está incorporada en cada componente, comenzando por el marco, que normalmente está fabricado en acero laminado en frío de alta resistencia con soldaduras reforzadas en todos los puntos críticos de tensión para resistir la flexión y deformación bajo carga. Los accionadores eléctricos y los mecanismos de transmisión son de grado industrial, diseñados para miles de ciclos de funcionamiento suave y silencioso. El acabado superficial es un recubrimiento en polvo de alta calidad, resistente a rayaduras y productos químicos, que puede soportar limpiezas frecuentes y agresivas con desinfectantes hospitalarios sin degradarse. Todos los componentes mecánicos, incluidos los manivelas (si están presentes para el accionamiento manual) y los ejes de las ruedas giratorias, están construidos para resistir el desgaste. Esta construcción robusta garantiza que la cama pueda soportar de forma segura a los pacientes y al equipo médico conectado durante muchos años con un mantenimiento mínimo y un bajo riesgo de fallo. Invertir en una cama fabricada con materiales verdaderamente duraderos se traduce en una fiabilidad operativa inquebrantable en la que el personal clínico puede confiar, menos tiempos de inactividad y una vida útil más larga, convirtiéndola en un activo financieramente sólido y operativamente crítico para cualquier hospital, residencia de ancianos o centro de atención a largo plazo.