Una cama hospitalaria eléctrica configurada para rehabilitación es una herramienta terapéutica dinámica diseñada para apoyar activamente el proceso de recuperación del paciente y la reintegración de sus funciones motoras. Su ajuste eléctrico es fundamental en este papel, ya que permite a los terapeutas y cuidadores posicionar con precisión al paciente para diversos ejercicios terapéuticos, entrenamiento de movilidad y actividades funcionales. La capacidad de ajustar fácilmente la altura es crucial para facilitar transferencias seguras y biomecánicamente correctas desde y hacia sillas de ruedas o bastidores ortostáticos, mientras que la articulación del respaldo y del reposapiernas ayuda en el entrenamiento gradual de tolerancia a la posición sentada y en la colocación adecuada para terapias específicas. El movimiento suave y controlado de una cama eléctrica es especialmente beneficioso para pacientes con dolor o movilidad limitada, minimizando el malestar durante los cambios de posición. Características como barandillas laterales resistentes proporcionan el soporte necesario para pacientes que están reaprendiendo la movilidad en la cama. Al permitir una posición óptima y frecuente, la cama eléctrica de rehabilitación ayuda a prevenir complicaciones como contracturas musculares y úlceras por presión, apoya la función cardiovascular y respiratoria, y permite que los pacientes participen de forma más activa en su propio proceso de recuperación. Es un recurso indispensable en hospitales de rehabilitación, unidades de lesión medular y centros de recuperación tras un accidente cerebrovascular, contribuyendo directamente a mejores resultados funcionales y a un flujo terapéutico más eficiente.