Una cama eléctrica para uso médico es un equipo clínico versátil y esencial diseñado para apoyar una amplia gama de servicios de atención sanitaria en diversos departamentos. Su valor principal reside en el ajuste eléctrico de la altura y la articulación de secciones, que cumple múltiples funciones críticas: mejorar la comodidad e independencia del paciente, facilitar una posición óptima para procedimientos diagnósticos y terapéuticos (por ejemplo, drenaje postural, inspección de heridas) y mejorar significativamente la ergonomía del cuidador para prevenir lesiones relacionadas con el trabajo. Estas camas están construidas según rigurosos estándares de dispositivos médicos, con estructuras robustas, sistemas motores fiables y componentes de seguridad como ruedas bloqueables y barandillas laterales. Están diseñadas pensando en el control de infecciones, utilizando superficies continuas y materiales resistentes a desinfecciones frecuentes. Su aplicación es amplia, utilizándose en salas generales de hospital para atención rutinaria al paciente, en unidades posoperatorias para una recuperación mejorada, en cuidados paliativos para la gestión del confort y en centros de rehabilitación para posicionamiento terapéutico. La integración de características como liberación de RCP, función trendelenburg y compatibilidad con diversos colchones y accesorios las convierte en una herramienta fundamental para la práctica médica moderna centrada en el paciente, contribuyendo directamente a mejores resultados clínicos, eficiencia operativa y seguridad del paciente.