La cama hospitalaria eléctrica con altura ajustable es una configuración fundamental en la que la función eléctrica principal es el elevado y bajado motorizado de todo el marco de la cama. Esta característica específica ofrece beneficios significativos tanto para la seguridad del paciente como para la ergonomía del cuidador. Para el paciente, la posibilidad de bajar la cama a una altura mínima reduce drásticamente el riesgo de lesiones por caídas y hace que el proceso de entrar y salir de la cama sea menos intimidante. Para los cuidadores, la capacidad de elevar la cama a una altura óptima de trabajo es transformadora, ya que acerca al paciente al cuidador y elimina la necesidad de agacharse o inclinarse de forma dolorosa y propensa a lesiones durante procedimientos, evaluaciones y tareas de cuidado personal. Este ajuste eléctrico es suave, silencioso y controlado con precisión mediante un mando a distancia, lo que la hace muy superior a las manivelas manuales. Suele ser la función más utilizada en las rutinas diarias de atención. Cuando esta capacidad básica de ajuste de altura se combina con otras funciones eléctricas de posicionamiento, se crea un sistema integral de manejo del paciente que resulta indispensable para promover un entorno seguro para los pacientes y un lugar de trabajo sostenible y saludable para los proveedores de atención sanitaria en cualquier entorno clínico o de cuidado domiciliario.