Las características de una cama hospitalaria eléctrica moderna definen colectivamente su capacidad para proporcionar un cuidado avanzado centrado en el paciente. Fundamental para su funcionamiento es el sistema de accionamiento eléctrico, compuesto por motores silenciosos que permiten ajustes suaves e independientes de la altura, la sección de la cabeza y la sección de las rodillas, generalmente controlados mediante un dispositivo con pantalla retroiluminada e interfaz intuitiva. Las funciones avanzadas de posicionamiento incluyen las posiciones estándar Fowler, Trendelenburg y Trendelenburg inversa, con algunos modelos que ofrecen una función de RCP para un aplanamiento rápido. Los ajustes programables de memoria permiten recuperar instantáneamente las posiciones preferidas. La seguridad es primordial, con características como barandillas laterales retráctiles y acolchadas, ruedas con bloqueo completo y sistemas integrados de alarma de salida de la cama. La ergonomía para los cuidadores se aborda mediante el ajuste de altura alto-bajo y superficies fáciles de limpiar. Otras características sofisticadas pueden incluir básculas integradas para pesar al paciente, batería de respaldo para casos de fallo de energía, compatibilidad con diversos tipos de colchones terapéuticos y opciones de conectividad con sistemas de llamada de enfermería y registros médicos electrónicos. La combinación de estas características transforma la cama de una superficie pasiva en una herramienta terapéutica activa que mejora la comodidad e independencia del paciente, optimiza la eficiencia del flujo de trabajo clínico, garantiza la seguridad del cuidador y apoya un cuidado basado en datos, convirtiéndola en un activo indispensable en la atención sanitaria contemporánea.