Las camillas médicas ligeras han transformado silenciosamente lo que los primeros respondientes llevan al campo. Estos marcos delgados, a menudo tejidos con fibra de carbono o unidos con aluminio de alta resistencia, se deshacen del peso de acero de los equipos antiguos. Debido a esa combinación de bajo peso y durabilidad, un paramédico puede levantar toda la unidad con una mano mientras envía mensajes de texto pidiendo refuerzos con la otra.
Un buen diseño nunca se detiene en la lista de materiales. Los mangos ergonómicos suben o bajan en un instante, y las pinzas de liberación rápida permiten que dos personas desmonten el equipo más rápido de lo que la mayoría de la gente puede gritar ¡Quieto! Algunos fabricantes incluso añaden ruedas detrás de la barra trasera, convirtiendo una camilla de transporte manual en una especie de maleta rodante que se pliega plana para espacios reducidos en helicópteros o camiones de rescate llenos.
La velocidad importa cuando las sirenas aúllan, y cada onza que ahorras reduce segundos en un rescate. Pasillos estrechos, escaleras serpenteantes y caminos llenos de baches parecen más pequeños, pero una camilla ligera aún logra pasar por ellos. Los pacientes también salen ganando; el chasis más rígido absorbe los baches y sacudidas, permitiéndoles viajar en algo más cercano a la calma que al caos.
Los marcos de camillas ligeras hacen más que reducir el peso; también ayudan al planeta. A menudo, los fabricantes utilizan metales y compuestos reciclados, lo que reduce el consumo de recursos nuevos y los desechos en vertederos. Como el equipo pesa menos, las ambulancias y camiones consumen menos combustible en la carretera y dejan una nube de escape más pequeña. Reúne todo eso -función, ahorro y conocimiento climático- y verás por qué los primeros respondientes confían en estas camillas ligeras y ecológicas.