Los hospitales concurridos funcionan a un ritmo vertiginoso, y los carros de enfermería resistentes al agua han pasado de ser una mejora interesante a ser prácticamente esenciales. Cuando se filtra o derrama humedad sobre una superficie, estos carros mantienen suministros en su interior seguros, secos y listos para la próxima emergencia. Los fabricantes suelen optar por polímeros impermeables resistentes y marcos de acero inoxidable robustos. La oxidación adora una sala médica húmeda, pero las costuras selladas y capas protectoras mantienen esa humedad alejada. Cualquier líquido que se atreva a deslizarse por la superficie no se colará en grietas ocultas. La mayoría de los carros cuentan con bandejas extraíbles que se desprenden y se sellan herméticamente contra derrames. Un rápido remojo en desinfectante devuelve a la bandeja su estado óptimo. Los recubrimientos antimicrobianos ayudan retrasando el asentamiento de moho y bacterias mientras el personal limpia. Considera lugares como áreas de diálisis, unidades de quemados o incluso baños de pacientes; los pisos mojados son la norma diaria. Los carros construidos con ruedas especializadas impermeables se deslizan sobre charcos sin bloquearse, incluidos los frenos. Un dispensador de gel sanitizante incorporado, generalmente en una carcasa resistente al agua, invita a las enfermeras a desinfectarse cada vez que pasan.
Muchas hojas de especificaciones de productos ahora muestran una clasificación IP junto al logotipo de seguridad. Ese número indica que el equipo puede soportar salpicaduras de agua y aún así bloquear la mayoría del polvo. La pegatina misma rara vez es barata, pero las clínicas descubren que los dólares extras desaparecen cuando disminuyen las llamadas para reparaciones. En hospitales concurridos, un carrito con verdadera impermeabilización proporciona calma durante turnos agitados y sigue funcionando sin excusas.